Pensada, diseñada y fabricada por la Promotora de Acción Infantil (PAI) y David Martínez
Repetimos, reutilizamos, creamos y jugamos… Requetevivimos
Todo lo que vas a encontrar en esta sala existía desde hace años. El armario era armario y se llamaba armario; la mesa era mesa y se llamaba mesa (debajo de la mesa dormía un gato); la cuna era cuna y se llamaba cuna, a veces se llamaba cuna de la Pili, incluso: cuna que construyó el abuelo para la Pili.
En el armario se guardaban camisas, camisetas, bragas, zapatos y fotos antiguas en blanco y negro. En la estantería se ordenaban libros de gatos, figuritas de cristal que representaban gatos y calendarios con imágenes de gatos. En la cuna había dormido la Pili hace muchos años, y luego, había dormido la hija de la Pili y luego…
Un día, quizás un día de abril, alguien decidió que la cuna, la estantería, la mesa, el armario, no servían, y que por esa puerta no pasaría nadie más. ¿No servían? ¿Se habían muerto? ¿Los muebles mueren?
A la mañana siguiente el armario sin calcetines, la cama sin Pili, la mesa sin pan, la estantería sin enciclopedias y la puerta sin despedidas aparecieron en un rincón de un almacén sin luz, o en la acera de una calle, junto a un contenedor de basura donde un gato buscaba su sombra.
Todo lo que vas a encontrar en esta sala no existía hace un mes. El armario ya no es armario y nadie sabe cómo se llama; aunque parezca que la cuna sigue siendo cuna, ha dejado de serlo y aún no tiene nombre nuevo; la estantería… ¿qué estantería? ya no es estantería. Todos los muebles han cambiado, todos son otra cosa y sirven para otras cosas. ¿Cómo ha sido posible? ¿Estaban vivos?
Los muebles, todos los objetos viven a su manera, que no es nuestra manera. Los muebles tienen exactamente seis vidas, nosotros ocho, y los gatos siete. Las vidas de las cosas tienen que ver con nuestras vidas. Un objeto vive si lo miramos, si lo tocamos, si lo escuchamos, si lo olemos, si hacemos algo con él, si le ponemos nombre, si decidimos que no está muerto.
Todas las cosas que vas a encontrar en esta sala están viviendo la segunda o la tercera vida, uno de los armarios va ya por la quinta. Esta vez nos ha tocado a nosotros darles vida, a nosotros nosotros y a nosotros contigo, tú ya eres nosotros.
Jugar es vivir. Vivir es jugar. ¿Y el gato? El gato es un vivo. (Texto de Grassa Toro)
Hasta final de junio